Nadie conoce el juego de nadie.

Nadie conoce el juego de nadie. Ni uno mismo puede adivinar su próxima apuesta, el próximo envite. De repente, llega la carta y descubres juego o pasas. No hay más. Y él, él, él es rápido, es tramposo, es ventajista desde ese lugar donde todo le da igual y por eso siempre puede amañar el juego, cambiar las normas, arreglar cualquier cosa.

Libro: Taxi

Autor:Carlos Zanón